—Te hice caso. Tomé valor y le pedí el divorcio —le dijo Adela a su amiga una vez que la camarera se alejó.
—Brindemos por eso —le respondió la otra alzando la pinta.
Después de varias rondas y fotos para Instagram las palabras se rebalsaban amargas y espumosas.
—Tendrías que haberlo escuchado: que de qué vas a vivir, que ya casi cumples 60 años y nadie te va a dar empleo y no sé cuántas cosas más.
La amiga, entre carcajadas le dijo:
—Si supiera lo que ganas en YouTube con tus vídeos de recetas…
Debe de tener muchas visitas.
ResponderEliminarPero es un detalle, que bueno que tenga sus propios recursos.
Besos.
Es cierto. No es bueno estar atado a nadie por miedo o necesidad económica.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado.
Gracias por dejarme tu comentario.
Un abrazo.
Oh, qué bueno que logré ganar para vivir de sus videos de youtube. Me gusó.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Mil gracias, Roxana, por dejar tu comentario. Me encanta.
EliminarUn abrazo.