martes, 28 de agosto de 2018

El objeto.

Aquí estoy. Con mis compañeras. La semana pasada fue caótica. Me expusieron frente a la mirada de todos los que caminaban por esta gran ciudad, por los que paseaban por mi calle. Me sentía sola, vulnerable. No me gustaba llamar la atención. Creo que finalmente me entendieron y me mandaron para atrás, con las demás.
Mi lugar lo ocupó otra, una mucho más vistosa y llamativa. Se notaba que había nacido para robar miradas. Tenía brillo, glamour. Era sexy y provocativa. Atrajo a mucha gente al local.
Unos cuantos se decepcionaron al darse cuenta que no podían darse el lujo de gastar tanto dinero. Entonces buscaban otra más económica. Una sencilla, sin tantos detalles. En esos momentos nos miraban y nos estudiaban a mis compañeras y a mí.
Los comentarios: todo un tema. Que si hay más grandes o más chicas, que me gusta la blanca o quiero dos negras...
Ya están por cerrar. Hoy pasé por muchas manos. Me probaron muchas mujeres pero no era la remera que querían.

4 comentarios:

  1. Qué remate... Me gustó. Felicitaciones a esa pluma maestra.

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  2. Excelente relato. De esos donde de la identidad del personaje queda en misterio, identidad hasta de ser vivo o inerte. Logra poner al lector como protagonista.

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    1. Mil gracias por leer y comentar. Me alegro que te haya gustado.

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