sábado, 9 de marzo de 2019

El criadero.

Bianca abrió los ojos y se estiró.
—Oaaa…
Entonces se giró y leyó un recorte periodístico: “El asteroide impactará con la Tierra en unos meses”. Las paredes de aquella habitación estaban empapeladas en blanco y negro con esa información en todos los idiomas terrícolas.
—Ya pasó —le dijo John intentando pronunciar adecuadamente.
Él estaba recostado a su lado, observándola.
—¿Sucedió? —preguntó ella entre incrédula y asombrada— Did that just happen?
—Duì —intervino Mêi Líng desde otro colchón.


Algo le habían dado a Bianca en la enfermería. Les hacían eso a las embarazadas: bloqueaban o anulaban sus recuerdos y emociones. Tanto que la argentina se sorprendió al sentir las patadas de su bebé dentro de su vientre pero no mostró más que asombro y curiosidad.


John y Mêi se miraron resignados y aunque sabían que no haría la diferencia, se lo contaron:
—Nos secuestraron. Estamos lejos de la Tierra. De hecho, no existe más nuestro planeta —dijo él.
—Nos crían. No sabemos para qué pero sospechamos que se alimentan de nuestra carne —dijo ella apoyando una mano sobre la barriga de Bianca.

2 comentarios:

  1. Una historia muy inquietante. Primero parecía que el peligro había pasado, para revelarse que sucedió. Y que sobrevivir tal vez haya sido peor-
    Bien contado.

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  2. Mil gracias. Lo escribí con esa misma sensación de inquietud, por decir lo menos... Me alegro que te haya gustado.

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