sábado, 22 de septiembre de 2018

El mate.

El mate: tradición cultural y familiar.

    El primer mate de la mañana invita a sonreír: la temperatura cálida, el dulzor y el ruido al final del mismo me recuerdan momentos y personas que ya no están.
    Cierro los ojos y lo veo a mi abuelo llevando a cabo el ritual de preparar siempre el mejor mate. Tenía su secreto y él me lo enseñó.
    Lo escucho a mi papá pedirme que le ponga apenas un chorrito de agua fría y me veo a mí misma frente a la canilla de la cocina, sosteniendo el mate cargado con yerba aún seca. Me pongo en puntas de pie para alcanzar la canilla pero estoy intranquila: no lo quiero estropear. “¿Cuánta agua fría?”
Ellos no tenían la misma forma de prepararlo.
    Me asaltan otros recuerdos de otros primeros mates: el día que le enseñé a mi hermano menor a tomar esta maravillosa infusión; el primero que le convidé a mi hijo mayor cuando apenas tenía un año y medio; cuando le expliqué al menor que se dice "gracias” recién en el momento en el que ya no se desea continuar en la ronda de los que comparten el mate.

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