lunes, 14 de enero de 2019

La paciente de Jung.



  La joven estaba sentada en un tradicional café de Zúrich desde hacía una hora. Le daba la espalda a la entrada.
—Mozo, otro café con crema, por favor —dijo apoyando su bolígrafo sobre un pequeño cuaderno.
 Había estado describiendo a dos personas que conversaban a unas mesas de distancia. Había tomado nota de las apariencias e incluso, de los timbres y tonos de las voces, los peculiares movimientos de las manos al hablar o sus posiciones en el momento de escuchar, las miradas y otros detalles. Con otro tipo de letra había registrado palabras sueltas.
 Tenía los personajes principales para escribir una novela. Cuando llegó a su casa, volvió a sentarse con su bolígrafo en mano frente a una página en blanco. Les puso nombres y les inventó un pasado y un futuro a cada uno.
 Volcaría sus propias frustraciones, temores y vicios en uno de ellos, o tal vez, los repartiría para no agobiar a ninguno de los dos. Los metería en problemas. Y al final, tal como había hecho Jung con ella al cabo de 90 sesiones, los ayudaría para aceptarse, valorarse y superar cualquier obstáculo.
 El último gran consejo que su terapeuta le había dado era justamente escribir: podían ser su sueños, los que recordara al despertar o sus anhelos o sus recuerdos más traumáticos.
  Esta sería su tercera novela. Las otras dos habían tenido muy buena recepción por parte del público. No había seguido el mismo proceso creativo pero, la constante había sido escribir sin censura. No había editado hasta no haber terminado sus obras.
 Los que se acercaban a pedirle un autógrafo en las presentaciones de sus libros la felicitaban y agradecían por mostrar a unos personajes tan grises como ellos, tan llenos de luces y sombras.

7 comentarios:

  1. Bella narracion me atrevo a decir que representa a la vida xotidiana la cual es obserbada por muchos sobre las personas que nos rodean las cuales en vez de tomar nota recordamos el timbre de su voz sus gestos al hablar y esos por demas modales al socializarse con el entorno en cualquier ambito de la vida .Mis Felicitaciones Luciana cada vez que leo tus relatos me transporto a la imagen exacta que logras describir en cada linea.:)

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  2. ¡Hola! Que curioso que relates cómo crear personajes desde lo cotidiano y como catarsis también. Me gusta ese proceso de volcar las cosas al papel y a las historias, siempre digo que todo lo que escribimos, tanto como nuestros personajes, lleva un poquito de nosotros.

    ¡Un abrazo!

    Roxana
    Soñando uno de tus sueños

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  3. Mil gracias, Roxana. Opino igual. Es un proceso tan gratificante poder volcar nuestras luces y sombras por escrito.
    Me encanta recibir tus comentarios. Nos leemos.
    Saludos.

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  4. A lo mejor me repito y esto ya lo dije ayer, pero repetir no me aflige porque como dice Don Jose Larralde: redundanciando las vacas se engrandecen las estancias.
    El tema es justamente el tenor de tu relato. ¿Sabés que es una clave fundamental lo que escribiste? No hace más que demostrar lo buena que sos como escritora. Cuando me decidí que iba a ocupar parte de mi tiempo en escribir, decidí hacer un taller de escritura. Me anote en el Caso Cultural Rojas por el horario y me tocó la lotería: el profesor era Alberto Laiseca.
    El nos dijo un día: "Cuando no sepan qué escribir párese en una esquina y observen a la gente que pasa. Cada uno tiene una historia que ustedes pueden adjudicarle".
    ¡¡Eso exactamente es lo que hace tu personaje!!

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    Respuestas
    1. Sí, muchas veces me pasa de ver algo interesante: una postura, un gesto y tomo nota.
      Yo voy a empezar formalmente un curso con Marcelo Di Marco. Te recomiendo ampliamente sus vídeos de YouTube. El tipo es un maestro. Groso. Su canal se llama "Taller de Corte y Corrección".
      Gracias por leerme y comentar. Me encanta que mantengamos el contacto.

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