lunes, 20 de enero de 2020

Ángel en una reunión de Alcohólicos Anónimos



El olor al café recién preparado disfrazaba el tufo a humedad de la habitación mal ventilada. En la mesa al lado de la cafetera esperaba una pila de vasos descartables. Nadie había llegado aún excepto Ángel que aprovechó para recorrer con la vista las paredes descascaradas. En el centro, bajo una bombilla de luz blanca, diez sillas habían sido colocadas en círculo.
La reunión de Alcohólicos Anónimos empezaba a las siete de la tarde. Ángel esperó. A las siete y cuarto ya estaban ocupadas todas los asientos y no había noticias de Carlos Rot. El detective se desanimó. Se sirvió un café y se unió al grupo.
Él no le prestaba atención a la mujer regordeta que hablaba sin parar. Todos a su alrededor la observaban y asentían cada tanto. Ángel los imitaba.
En el preciso momento en el que todas las miradas recayeron en él, se abrió la puerta y entró Carlos agitado. Se acercó al grupo con una silla que agarró del montón arrumbadas en una esquina y se sumó a la ronda. Todos se corrieron para hacerle un lugar. Después la atención volvió al detective.
—Bienvenido. ¿Es su primera sesión? ¿Desea compartir su historia con nosotros? Recuerde que todo lo que se habla entre estas cuatro paredes queda acá.
—Gracias —dijo Ángel titubeante—. Mi nombre es Bernardo. Por culpa del whisky me quedé sin trabajo y mi esposa me dejó. Se llevó a mi hijo. Los necesito. Quiero dejar la bebida pero me cuesta.
—Bueno, entre todos nos apoyamos y así es más fácil. Tenés que comprometerte a seguir los doce pasos. ¿Sabés que un hábito se puede cambiar en apenas veintiún días? ¿Estás dispuesto a intentarlo?
—Claro.
Aplausos.
Entonces fue el turno de Carlos.
—Mi mujer y mi hija también iban a dejarme para empezar una nueva vida lejos de mí pero ya no pueden. La nueva pareja de esa puta terminó en el hospital.
—¡¿Eh?! —exclamaron algunos de los presentes.
—Tranquilos. Nada grave —dijo moviendo las manos con las palmas hacia abajo—. Solo sé que se quedaron sin el dinero que pensaban usar. Me enteré que sufrieron un robo. ¿Qué se le va a hacer? Hoy en día hay que cuidarse hasta de nuestra propia sombra. La buena noticia es que llevo sobrio veinte días.
Más aplausos.

Ángel condujo hasta el hospital. Quería volver a interrogar a Iván. Entre semáforo y semáforo fue acomodando los datos y haciéndose una idea más acabada de los hechos. "¿Y si el plan original era un autorrobo para fugarse con la guita pero algo salió mal? ¿Y si Carlos se acercó a Iván para ganarse su confianza y lo terminó traicionando?"

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