miércoles, 19 de diciembre de 2018

Confesiones.

A las 07:00 de la mañana del 24 de diciembre suena el teléfono.
AINHOA: (Se despierta, atiende el teléfono desde la cama) ¿Diga?
VOZ MASCULINA: ¿Señora Ainhoa?
AINHOA: Sí, ¿quién habla?
VOZ MASCULINA: Tenemos secuestrado a su esposo. No se contacte con la policía...
AINHOA: Pero ¡¿qué me está diciendo?! (Tantea al lado suyo la cama).
VOZ MASCULINA: No me interrumpa, señora  (tono de fastidio).
AINHOA: Pero...
VOZ MASCULINA: Si le quiere volver a ver con vida, siga todas mis instrucciones. Reúna 30 mil euros. Yo la volveré a llamar para indicarle el punto de entrega.
AINHOA: ¡Es imposible! ¿Cómo sé que es cierto lo que me dice?
VOZ MASCULINA: ¿Qué le he dicho? ¡Qué se calle! (Grita alterado). Su marido se llama José Álvarez y es dueño de la empresa Vivinca.
AINHOA: Esa información la conocen muchas personas.
VOZ MASCULINA: ¡Joder!   Se me agota la paciencia, mujer. Ahora le pongo con él.
JOSÉ: Cariño, hazle caso a este señor, por favor. Entrégale los 30 mil euros como dice. Me ...
AINHOA: Amor, es que no tenemos esa cantidad de dinero.
JOSÉ: Claro que sí, cariño, no juegues conmigo en estos momentos. Me han torturado. Me forzaron a confesar. Ya lo saben.
AINHOA: Pero ¿qué te han hecho! (Solloza) Tengo que confesarte algo. Te lo iba a decir más adelante: le he regalado algo de dinero a mi hermano.
JOSÉ: ¡¿Qué has hecho qué?!
AINHOA: ¿De dónde crees tú que ha sacado el dinero para este último viajecito?
JOSÉ: ¡Al vago de tu hermano! Ay, ay... me están pegando.
VOZ MASCULINA: Suficiente. (cuelga).

15 minutos después. Golpean a la puerta y Ainhoa abre aún en pijama.
OFICIAL DE POLICÍA: Buenos días, ¿Ainhoa Álvarez?
AINHOA: Sí. Buenos días serán para usted. Tenía todo preparado para esta noche. Mi madre está en camino. Viene desde Londres. Y ahora esto. ¿Qué le digo? (Habla aceleradamente).
OFICIAL DE POLICÍA: ¿Me permite pasar, señora?
AINHOA: (Se hace a un lado) Sí, claro. Disculpe mis modales. Pase usted.
OFICIAL DE POLICÍA: Debo intervenir su teléfono y su móvil. Firme esta autorización. (Le extiende unos folios y un bolígrafo).
AINHOA: Me va a tener que disculpar, oficial. Es que no veo nada y no encuentro mis gafas. Con su permiso, voy a buscarlas. Póngase cómodo (Le señala un sillón).

Ainhoa sube las escaleras. Suena el teléfono.
AINHOA: ¿Diga?
VECINA: ¡Aló, Ainhoa! ¿Ha pasado algo? Digo, por el patrullero en la puerta de tu casa.
AINHOA: Mary, ¿qué haces tan temprano levantada? Sí, efectivamente, lo han secuestrado a mi José.
VECINA: ¡Madre mía, qué barbaridad!
AINHOA: Te dejo que debo arreglarme y desocupar la línea. Además, no encuentro mis gafas.

Desde la planta baja, al pie de la escalera.
OFICIAL DE POLICÍA: Señora, cuelgue. Es urgente que baje. ¿Quién era? ¿Era el secuestrador? (Grita).
AINHOA: ¡No, qué bah! Era la cotilla de mi vecina. No tardo en bajar. (Eleva la voz).

Minutos después, en la planta baja. Ainhoa cambiada y con las gafas colocadas lee los documentos y firma dos folios. El oficial interviene los teléfonos. En la sala de estar sentados en los sillones.
OFICIAL DE POLICÍA: Lo mejor en estos casos es pagar el rescate. Reúna el dinero, si puede. Lo rastrearemos.
AINHOA: Es que no tengo 30 mil euros. Le he regalado algo a mi hermano y a mi madre. Además, en estas épocas se gasta muchísimo. Bueno, eso usted ya lo sabe, no hace falta que le explique. Pero esto no me lo esperaba, ¿qué le irán a hacer, por el amor de Dios? (Habla de prisa).
OFICIAL DE POLICÍA: Tranquilícese. Ofrézcale lo que tiene y trate de ganar tiempo cuando la vuelva a llamar para poder rastrear la llamada.

A las 12:00 suena el teléfono.
AINHOA: (Inhalación profunda) ¿Diga?
VOZ MASCULINA: Ponga el dinero en una maleta en el maletero y diríjase al aeropuerto. Lleve el móvil. La llamaré para darle más detalles. Tiene una hora.
AINHOA: Pero escúcheme. No tengo los 30 mil euros. ¿No le dijo mi esposo?
VOZ MASCULINA: ¡Cómo! No me venga con eso ahora, señora.
AINHOA: Es cierto. Sólo tengo 19 mil.
VOZ MASCULINA: Pues consiga el resto.
AINHOA: Trataré pero para eso necesito más tiempo. (Mueve la cabeza buscando la conformidad del oficial).
VOZ MASCULINA: Tiene dos horas a partir de este momento. Tic tac, tic tac. Apúrese.
AINHOA: ¿Lo liberarán hoy? Quiero pasar nochebuena con mi José, se lo ruego. (Mira el teléfono con bronca y desesperación antes de colgar).

Vuelve a sonar el teléfono.
AINHOA: Escúcheme bien. Quiero que liberen a mi esposo hoy mismo.
JACINTO: Ainhoa, ¿qué ocurre? Soy yo, Jacinto. Te llamo porque aquí, en Japón ya casi es medianoche.
AINHOA: Ay, hermanito. Feliz navidad para ti. Lo han secuestrado a José. ¿Podés creerlo? ¡Justo hoy! Además, mamá debe estar al llegar. Pero no puedo moverme de aquí, por si me vuelve a llamar el secuestrador. Ah, y me falta conseguir más dinero. (El oficial le hace gestos para que corte). Tengo los nervios destrozados. Bueno, bueno, cariño, te dejo que aquí el oficial me está haciendo señas para que me apresure. Ya hablaremos. Adeus. (Tira dos besos al aire y cuelga).

AINHOA: ¿Qué hago? Había quedado con mi madre para recogerla en el aeropuerto. Su avión no tardará en aterrizar.
OFICIAL DE POLICÍA: Pues, señora, que hoy coja un taxi, digo yo.

Unos minutos después suena el teléfono.
AINHOA: ¿Diga?
MADRE: Buenas tardes, hija. Estoy en el aeropuerto cargada de equipaje. ¿Te has demorado?
AINHOA: No, mamá. No puedo ir. Luego te explico. Vente en taxi.
MADRE: Hija, ¿estás bien?
AINHOA: Mamá, no. Pero no es el momento para explicar nada. (El oficial le saca el tubo de las manos y cuelga).

Media hora más tarde vuelve a sonar el teléfono.
AINHOA: ¿Diga?
VOZ MASCULINA: Conduzca hacia el aeropuerto con lo que haya podido reunir en la maleta.

AINHOA carga la maleta en el automóvil justo cuando su madre baja del taxi.
MADRE: Pero ¿qué significa esto?
AINHOA: Ahora no, madre. Llevo prisa.

Un hombre en medio de la autopista desciende de una moto, toma la maleta y se aleja en dirección contraria.

El 25 de diciembre por la mañana.
VECINA: ¡Feliz navidad, José! (Grita desde una ventana).
AINHOA: (Abre la puerta) ¡Amor! ¿Cómo estás? Feliz Navidad (Lo abraza y llora).
OFICIAL DE POLICÍA: Feliz navidad. Acompáñeme a la estación, por favor, señor Álvarez. Es importante que responda unas preguntas a la brevedad para llevar adelante la investigación.

Ya en la comisaría.
OFICIAL DE POLICÍA:  Dígame, ¿dónde estaba cuando lo abordaron? ¿Cuántos eran?
JOSÉ: Bueno, verá… (Se frota la nuca) yo estaba... No. No puedo mentirle, oficial. (Apoya los codos sobre la mesa y deja caer la cabeza hacia delante pensando).
OFICIAL DE POLICÍA: ¡Venga, hombre! No se ande con rodeos, que no tengo todo el día.
JOSÉ: La verdad es que no me han secuestrado. Se le ha ocurrido este plan a mi amante para poder pasar juntos la nochebuena. Y yo he sido un capullo por aceptar. Y ahora, ¿cómo se lo explico a mi mujer?

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