miércoles, 14 de noviembre de 2018

Perder la cabeza.

 “No prendas la luz, Tamara, por favor”, decía para sus adentros el hombre oculto tras unas largas cortinas que cubrían el ventanal de la habitación del hotel. Todavía empuñaba el cuchillo ensangrentado. Las gotas caían mudas sobre la alfombra.
 Tamara había vuelto a buscar el celular que se había olvidado en la repisa bajo el espejo del baño. Entró sigilosa para no despertar a su amiga, a quien creía dormida. En el hall del hotel la esperaba su novia.

 Las tres mujeres habían viajado a Mar del Plata para disfrutar de sus playas durante el día y, de sus boliches por la noche. Habían manejado por turnos desde Bariloche.

  Carolina se había excusado.
—Salgan ustedes, chicas. Yo voy a dormir un poco. Me duele la cabeza. Voy a tomar una pastilla y mañana seguro que me voy a sentir mejor.

 Cristian se había enterado del viaje. Carolina lo iba a abandonar. No lo iba a permitir. Él la sentía su mujer. Quería casarse con ella, tener hijos. Pensaba que podría convencerla una vez que la dejara embarazada, por eso pinchaba todos los preservativos que ella le pedía que usara. Estaba seguro que sus amigas le habían  recomendado que se hiciera un aborto y que se olvidara de él.

 La bruja se había quedado con un conjunto de ropa interior y una foto de Carolina. Tenía sus datos personales completos y le había prometido que haría un trabajo de unión de la pareja.
“Va a perder la cabeza por vos. Ya vas a ver”, le había dicho aquella señora regordeta de pelo canoso y labios mal pintados. Él se impresionó cuando vio a la gallina y al gallo atados por las patas pero, más aún cuando la mujer le cortó con una cuchilla muy afilada la cabeza a la hembra.

Casi amanecía cuando la pareja volvió a la habitación. El cielo plomizo le daba al lugar un aire tétrico. Lo primero que vieron fueron huellas marcadas con sangre sobre la alfombra gris. Había dos pares de pisadas: uno de mujer y otro de hombre. Se tomaron de las manos para caminar juntas hasta el pie de la cama. Gritaron y corrieron para escapar de allí, para pedir ayuda. Todo era un baño de sangre. Su amiga había sido decapitada.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Mil gracias por comentar este relato. Estas escenas y estos personajes los quiero sacar de mi cabeza y entonces, los presento.

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