sábado, 10 de noviembre de 2018

Sueños húmedos.

Despertó con el roce de unos dedos húmedos cubiertos de miel sobre sus pies. Su piel de terciopelo se erizó. Con ojos ciegos buscó un cuerpo desnudo. Encontró dos. Un fuego impetuoso creció dentro suyo. Tembló. El borde del infierno se borró sobre su colchón. Rogó, gimió y corcoveó como un corcel brioso.
Su torre de bronce coronó su sueño con esos bilingües bebiendo gustosos.
Sin otro deseo por cumplir, durmió feliz.


2 comentarios:

  1. ¡Apa! ¡Podes ser muy sensual en tus relatos también! ¡Sos multifacética!
    ¡Me agrada leerte quilmeña!

    ResponderEliminar
  2. Jaja. Trato de no encasillarme. Me da muchísimo gusto que disfrutes mis relatos y me dejes tus comentarios. Son caricias al alma.

    ResponderEliminar