viernes, 30 de noviembre de 2018

¡Qué miedo!

Me cansé de llorar. Nadie vino a calmarme. El móvil sobre mi cama se movía solo y la cortina se inflaba y se desinflaba.
—¡Mamá! —aullé.
Silencio. Toqué el piso frío y me dieron ganas de ir al baño. Corrí. Después fui a la habitación de mi mamá y estaba vacía. Me trepé a su cama. Sobre la almohada había una cajita misteriosa. La estaba por abrir cuando sonó desde adentro un teléfono. Me apuré para atender.
—Hijo, ya eres un hombrecito y necesito que me hagas un favor: llama a tu padre. Ya. Que pase por tí. Entrégale este celular.
Ella lloraba. Una persona detrás suyo aparecía con una máscara.
Mi papá llegó muy pronto. Él la va a ayudar. Es el mejor policía del mundo.

2 comentarios:

  1. Muy lograda la tensión. Bien presentado el temor a estar sólo. El final abierto ahonda el misterio.
    ¡Excelente!

    ResponderEliminar